Estando sentada en el parque viendo la gente pasar, meditando mi vida
pasada cuando de pronto se me acerca un pato. Y me preguntaba
que haría un pato fuera de su estanque. Cuando me percato que en
su cuello tenía un listón azul y en ella tenía amarrado una hoja de
color rosa en forma de corazón. Fue tanta mi curiosidad que tome
la hoja y al abrirla fue más mi asombro al ver que decía cuac. Por
un momento todo se me nublo y me puse a recordar ¿Podría ser posible?
Claro que no dije yo. Mi mente estaba tan confusa. Pero mi corazón
me decía que lo que estaba pensando podría ser. Fue entonces
cuando supe que él nunca me dejaría sola. Que todo era una señal
para seguir mi vida. No dejarme caer. Si me refiero a mi papa, un ser
divino con las mejores cualidades. El ser que guiaba mi vida. Aquella
persona que un día de navidad me dio su amuleto para estar protegida.
Un listón azul con un dije en forma de corazón. Sin saber yo que muy
pronto ya no estaría conmigo. Fue así que comprendí que ese cuac
escrito en ese pedazo de papel era un ¡tú puedes, estaré contigo!
Perder a un ser amado puede ser difícil, pero más difícil va hacer
lamentarse a cada día el no poder disfrutar de esa persona.